Los resultados de un estudio publicado recientemente apuntan a que espacios verdes urbanos son más beneficiosos para las mujeres en cuanto a la posibilidad de sufrir ictus y en relación con los factores de riesgo cardiovascular, mientras que los hombres quedan más protegidos de las enfermedades cardiovasculares
Un grupo de investigadores del CTFC, el ICTA-UAB, el departamento de Geografía de la UAB y el hospital Mount Sinai de Nueva York han revisado artículos que estudian la relación entre la salud cardiometabólica y el verde urbano con una visión centrada en las diferencias de género y sexo asociadas
El estudio, que acaba de publicarse en el Journal of Urban Health, evalúa las diferencias en cuanto a sexo y género en la relación entre el verde urbano y la salud cardiometabólica a través de una revisión bibliográfica.
Los resultados sugieren que el verde urbano protege contra los factores de riesgo cardiovascular, algunas enfermedades y la mortalidad. Cuando se valoran las conclusiones por sexo y género, los resultados apuntan a que el verde urbano es más beneficioso para las mujeres en cuanto al riesgo de sufrir ictus y sobre los factores de riesgo cardiovascular, pero no en cuanto a la hipertensión y la acumulación de lípidos. Por otra parte, los hombres están más protegidos en lo que se refiere a enfermedades cardiovasculares.
Según Marta Fernández, investigadora del ICTA-UAB y autora principal del artículo, “existen diferentes explicaciones, principalmente relacionadas con el tiempo que se pasa en los espacios verdes y cómo se pasa ese tiempo. Por ejemplo, las mujeres interactúan más, ya que pasan más rato mientras cuidan de los niños”. Por tanto, poder disponer de espacios verdes parece especialmente importante para la salud de las mujeres.
Paralelamente, los autores han indicado que la falta de especificidad del uso de los espacios verdes urbanos (como disponer de espacios destinados a diferentes deportes) es lo que hace que los hombres estén desmotivados para utilizarlos y realizar actividad física. A los hombres les gusta más participar en actividades organizadas, como jugar al fútbol, mientras que las mujeres prefieren andar, correr, bailar o hacer deporte.
Estas diferencias de género pueden verse incluso durante la infancia y la adolescencia. En el caso de los niños, los autores y autoras han señalado el género como posible determinante, ya que los chicos tienen mayor independencia para moverse libremente, lo que les permite ser más activos físicamente. Esto se debe a que las familias adoptan comportamientos de género, en lo que se refiere a la seguridad.
Roser Maneja, directora adjunta de investigación del CTFC y coautora del artículo, comenta que “la planificación de los espacios verdes debería integrar una perspectiva de género. Los espacios verdes urbanos deben ser espacios seguros y acogedores, donde las mujeres y las niñas puedan acceder sin miedo, aprensión o malestar. Además, las mujeres deben tener la posibilidad de realizar actividad física”. Algunos autores han sugerido la posibilidad de tener guarderías en los parques para que las familias puedan realizar ejercicio mientras cuidan de sus hijos pequeños. También son necesarias actividades programadas y supervisadas para las adolescentes y niñas, de modo que las familias les permitan participar en actividades al aire libre.
Por tanto, las futuras investigaciones deberían examinar el sexo y el género cuando se relacionan con el verde urbano y la salud, y tener en cuenta al colectivo de personas que no se ajustan a la binaridad.
Más información:
Fernández Núñez, MB., Campos Suzman, L., Maneja, R., Bach, A.; Marquet, O.; Anguelovski, I.; Knobel, P. The Differences by Sex and Gender in the Relationship Between Urban Greenness and Cardiometabolic Health: A Systematic Review. Journal of Urban Health (2022). https://doi.org/10.1007/s11524-022-00685-9
Last modified: 18 Octubre 2022
