La necesidad de encajar las piezas de un paisaje actualmente fragmentado ha llevado a la Unión Europea y a las diferentes administraciones territoriales a promover infraestructuras verdes. Este tipo de planificación podría garantizar las prestaciones de servicios ecosistémicos y aumentar la conectividad de la red Natura 2000, al tiempo que mejoraría la cobertura de especies de interés para la conservación de la UE más allá de las áreas protegidas actuales.
Para dar recomendaciones de gestión en este sentido, un estudio muestra la viabilidad de las herramientas de planificación espacial disponibles actualmente para diseñar una red de infraestructuras verdes de la manera más objetiva posible, a través de la conexión de áreas protegidas ya existentes, designadas como Natura 2000. El reto radica en conseguir a la vez dos objetivos que incluso pueden llegar a competir entre ellos. Por un lado, el mantenimiento de la biodiversidad y por el otro, asegurar el abastecimiento de servicios ecosistémicos.
Virgilio Hermoso, autor del artículo e investigador del CTFC, explica que se trata de “hacer encajar las piezas de un territorio con si fueran un rompecabezas espacial de tal manera que se alcancen todos los objetivos y a la vez se minimicen los posibles impactos”. El estudio también cuenta con la participación de investigadores del CREAF y del CSIC y se publica en la revista científica Landscape and Urban Planning.
Una infraestructura verde planificada a escala europea es más eficiente
El equipo investigador ha evaluado mediante un software informático dos escenarios alternativos de planificación: uno basado en la Unión Europea, donde se planifica la red a escala continental y otro escenario basado en cada país miembro. Ambos casos persiguen los mismos objetivos; por una parte, evitar la pérdida de biodiversidad cubriendo una amplia distribución de especies y hábitats y por otra, garantizar el suministro de 5 servicios ecosistémicos: retención de carbono, evitar la erosión del suelo, retención de agua, potencial de polinización y oportunidades de recreo.
Los resultados muestran que una infraestructura verde planificada a escala europea es más eficiente que la basada en cada país, ya que necesita un área menor para alcanzar los objetivos. Además, demuestran las ventajas de colaborar entre países a la hora de diseñar la futura red de infraestructuras verdes de la UE y ponen de manifiesto la necesidad de instrumentos de política más sólidos que apoyen la designación y la gestión de esta red.
Prioridad en la estrategia catalana
Hasta ahora, el único ejercicio de planificación de estas características se había llevado a cabo a pequeña escala en un estudio publicado en 2019 en la revista Science of the Total Environment. En este artículo, investigadores del CTFC, el CREAF y la UdL utilizaron el mismo software para definir y priorizar diferentes zonas de gestión que se adaptaran a las necesidades de una red de infraestructuras verdes en Cataluña.
Ambos estudios se enmarcan en un contexto político y social favorable, ya que la estrategia del patrimonio natural y la biodiversidad de Cataluña, aprobada por el Gobierno de la Generalitat en 2018, contempla en sus principios rectores “incorporar la infraestructura verde en la planificación territorial, superar la fragmentación de hábitats y conservar y restaurar la conectividad ecológica”.
Referencias
Hermoso, V., Morán-Ordóñez, A., Lanzas, M., Brotons, L. (2020) Designing a network of green infrastructure for the EU. Landscape and Urban Planning 196 103732
Lanzas, M., Hermoso, V., de-Miguel, S., Bota, G., & Brotons, L. L. (2019). Designing a network of Green Infrastructure to enhance the conservation value of protected areas and maintain ecosystem services. Science of the Total Environment, 651, 541–550.
Last modified: 13 Marzo 2020