Este martes, 28 de mayo, el grupo de investigación en Biodiversidad, Ecología Funcional y Cambio Global (ECOFUN) del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC) ha organizado dos jornadas técnicas: “El papel de la biodiversidad sembrada en la productividad de forrajeras” y “Infraestructuras micrometeorológicas para cuantificar productividad e intercambios de CO₂ en prados de montaña”.
El objetivo de las jornadas ha sido difundir y debatir los resultados del proyecto demostrativo DEMOMIX que evalúa las ventajas económicas y ecológicas de la diversidad sembrada, o policultivos, respecto de los monocultivos, a través de los proyectos internacionales Susforage y Legacynet.
Durante la primera jornada, “El papel de la biodiversidad sembrada en la productividad de forrajeras”, se ha generado un debate en torno a las ventajas económicas de la producción de forrajeras en policultivo, sus características y los retos para mejorar su aplicabilidad. Los participantes han resaltado la importancia del sector ganadero y de su gestión sostenible, especialmente en la región Mediterránea a causa de la carencia de agua.
En la jornada técnica de la tarde se ha presentado un proyecto que se centra en la utilización de torres de flujos de remolinos (eddy covariance) para medir la productividad y los intercambios de CO₂ en prados de montaña. Estas torres permiten cuantificar el flujo de CO₂ entre la superficie y la atmósfera, ayudando a determinar si un ecosistema actúa como fuente o sumidero de CO₂. El proyecto cuenta con tres torres situadas a diferentes altitudes, condiciones climáticas y sistemas de gestión del prado en Cataluña, concretamente en Castellar de n’Hug, la Bertolina (Navès, Solsonès) y el Pla de Riart (Lladurs).
Entre las conclusiones del proyecto destaca la vulnerabilidad de los prados de montaña al cambio climático. Se observó una reducción de la capacidad neta de la captación de CO₂ a causa de la disminución de la producción primaria bruta impulsada por la baja disponibilidad de agua y las altas temperaturas. Por otro lado, se vio que la mezcla de cereales y leguminosas en los prados de montaña mejora la capacidad de absorción de CO₂, asegurando a la vez la productividad y la calidad del forraje. Las medidas de flujos de remolinos son esenciales para comprender los efectos del cambio climático en los ecosistemas de montaña y promover prácticas agrícolas que maximicen la captura de carbono y aseguren la calidad del forraje.
Después de la sesión al CTFC, se visitó la torre del Pla de Riart para mostrar los instrumentos, ofreciendo una explicación práctica de su funcionamiento y su importancia en la recogida de datos.
Last modified: 31 Mayo 2024