La exposición a las zonas verdes urbanas provoca mayores beneficios en la salud mental de las mujeres, aunque estas utilizan estos espacios con menor frecuencia por motivos relacionados principalmente con la seguridad.
Esta es una de las conclusiones de un estudio liderado por el Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB), con participación de investigadores del CTFC, que analiza la relación entre la salud mental y la exposición a las zonas verdes de las ciudades con una mirada más profunda en las diferencias de resultados según el género y el sexo.
El estudio, publicado recientemente en la revista científica Health and Place, determina que los efectos del verde urbano en la salud mental se distribuyen de forma desigual en las mujeres y en los hombres. En concreto, los resultados apuntan a que las mujeres se benefician más del contacto con este tipo de zonas verdes de paseo y ocio, pero son menos propensas a utilizarlas que los hombres. Esto podría deberse a la preocupación entre las mujeres por la seguridad en estas áreas urbanas, así como a las normas de género y los roles sociales. “Esta circunstancia también podría explicarse por el hecho de que estos espacios, así como sus características y su calidad, no están diseñados y planificados para las mujeres del mismo modo que para los hombres”, explica Marta-Beatriz Fernández Núñez, investigadora del ICTA-UAB y primera autora del estudio.
El equipo investigador, entre los que se encuentran científicos del Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya (CTFC), destaca que, desde el punto de vista de las políticas de planificación, es necesario garantizar una mayor equidad y justicia de género en el acceso a las áreas verdes urbanas. Así pues, realizan un llamamiento a los planificadores y diseñadores de parques para que planifiquen cuidadosamente las nuevas áreas verdes teniendo en cuenta la opinión de las mujeres y los residentes, especialmente de los niños.
Los nuevos programas de planificación deben incluir diseños de elementos recreativos, naturales y de seguridad que respondan especialmente a sus necesidades y preferencias individuales y socioculturales. “Por ejemplo, abordar las indicaciones ambientales y sociales en los parques mediante un mejor diseño y mantenimiento podría ayudar a mitigar algunos de los problemas de seguridad más acuciantes para las mujeres”, comenta Fernández- Núñez. Además, los diseñadores y planificadores podrían incorporar caminos adaptados para el paso de los cochecitos de bebés y zonas de juego para los niños, de modo que tanto los niños como los padres puedan beneficiarse del verdor urbano al mismo tiempo. De lo contrario, las ciudades corren el riesgo de excluir a los residentes.
El estudio también pone de manifiesto que la literatura científica existente no utiliza adecuadamente la terminología relacionada con el sexo y el género en asociación con los resultados de la salud mental en un entorno de verdor urbano. Por ello consideran que los estudios futuros deben analizar en profundidad las diferencias sociales de género asociadas a la salud mental y el verdor urbano, y utilizar la terminología adecuada para asignar correctamente las características y los usos del verdor con los resultados de la salud mental y sus vías.
Más información:
Fernández Núñez, M-B., Campos Suzman, L., Maneja, R., Bach, A., Marquet, O., Anguelovski, I., Knobel, P. (2022). Gender and sex differences in urban greenness’ mental health benefits: A systematic review.. Health & Place. https://doi.org/10.1016/j.healthplace.2022.102864
Redacción de la nota: Comunicación ICTA
Last modified: 1 Agosto 2022