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Co-construyendo en tiempos difíciles: ¿Acaso la innovación social no iba de esto?

30 Marzo 2020

Estamos cerrando el proyecto SIMRA durante el Estado de alarma. ¿Se puede decir algo más ahora, sobre la innovación social?

Autora: Camen Rodríguez

 

Este post estaba pensando en un principio para servir como conclusión del proyecto SIMRA, y explicar brevemente lo que vivimos durante la Conferencia Final que tuvo lugar el pasado mes de febrero en Bruselas. En la medida de lo posible, trataré de ajustarme a este objetivo. Sin embargo, es inevitable que la situación en la que ahora nos encontramos afecte al contenido de este post. Ahora mismo me encuentro en España, donde se decretó el estado de alarma el pasado 14 de marzo debido al coronavirus. Se decretó confinamiento para todo el país (como en muchos otros lugares), y se obligó a la gente a quedarse en casa salvo contadas excepciones, debido a que la gran cantidad de contagios están poniendo a nuestro sistema sanitario contra las cuerdas. Como la mayoría de gente, yo no he salido de casa en dos semanas aparte de para tirar la basura y hacer la compra, y no he tenido apenas contacto físico con nadie desde entonces.

En estas circunstancias, lo que se dijo o no se dijo durante la Conferencia Final de SIMRA parece del todo irrelevante, en comparación con lo que está pasando ahora mismo en el mundo. Sin embargo, hay varios elementos del ámbito de la innovación social que están directamente conectados a la crisis sanitaria que estamos viviendo ahora mismo a nivel mundial, que sí pueden ser interesantes de destacar.

La Conferencia Final (no sólo la de SIMRA, también en muchos otros proyectos) es importante por diferentes razones: Es el momento en el que el consorcio al completo se junta por (a menudo última) vez para mirar en retrospectiva y reflexionar sobre el camino recorrido. ¿Qué hemos hecho? ¿Cómo lo hemos hecho? ¿Qué hemos aprendido? La respuesta a estas preguntas en el marco del proyecto SIMRA se puede encontrar en estas presentaciones, realizadas el 19 de Febrero en la Fundación Universitaria en Bruselas, así que evitaré repetirlas de nuevo, para tratar de no perder la atención del lector. Esta conferencia tenía un objetivo principal, que fue también la razón por la que se decidió organizarla en Bruselas, y no en un espacio más rural. El nombre de la conferencia lo explica de manera bastante concisa “De la implementación de iniciativas locales, a la integración en políticas públicas”. Aunque la innovación social es importante para las áreas rurales, difícilmente marcará la diferencia por sí misma si no la apoyamos a través de las políticas públicas apropiadas. (Más información sobre las recomendaciones de SIMRA a los decisores políticos, aquí).

Conferencia final SIMRA en Bruselas, 19 y 20 de febrero

Conferencia final SIMRA en Bruselas, 19 y 20 de febrero

Sin embargo, hay otros aspectos mucho más sutiles en los que sólo me he fijado ahora, al sentarme para escribir este post, y reflexionando sobre la conferencia. No hace demasiado tiempo, toda esa gente que nos reunimos en febrero, éramos perfectos desconocidos. Sin embargo, a estas alturas ya nos conocemos, y sabemos identificar bastante bien las fortalezas, debilidades, intereses… de cada uno. Incluso, y dependiendo de cómo hayamos ido escogiendo nuestro lugar en durante las comidas y cenas del proyecto, también conocemos la cerveza preferida de algunos de nuestros compañeros. A esto, en el ámbito de la innovación social, se le denomina “reconfiguración de redes sociales”. Personas que no se conocen, con diferentes habilidades y aptitudes, asociándose para alcanzar un objetivo determinado. Por el camino, se crean nuevas redes sociales, o se fortalecen las que ya existían. No me malinterpreten: no estoy diciendo que el mero acto de formar un consorcio para trabajar en un proyecto constituye una innovación social (más información sobre qué es una innovación social, aquí), simplemente afirmo que existen algunas similitudes interesantes de las que podemos aprender.

Fijándonos bien, existen ciertas características fundamentales en el estudio de la innovación social, que se pudieron ver también durante la Conferencia Final de SIMRA. Dos de las más importantes son los procesos de co-construcción (ni un solo ponente terminó su presentación sin agradecer la colaboración y el trabajo de varios compañeros), y los procesos de aprendizaje (¿Acaso no es la investigación multidisciplinar siempre un proceso de aprendizaje? ¿Vernos obligados a salir de nuestra zona de confort, y trabajar en un nuevo ámbito y/o con nuevas personas?)

Ahora que el proyecto está terminándose, nos encontramos en una situación extraordinaria. Atrapados en nuestras casas, trabajando en remoto, y con un extraño sentimiento de aislamiento que no sabemos cuánto durará. Y la pregunta inevitable: ¿Qué podemos aprender de la innovación social, en un momento así? Lo cierto es que no tengo una respuesta directa, o clara. Sin embargo, sí que es cierto que los procesos de innovación social se ven ahora por todas partes. El sentimiento colectivo o de comunidad, por ejemplo. La gente se esfuerza para cuidar y fortalecer sus redes sociales, incluyendo el uso de la tecnología, para combatir los sentimientos de aislamiento. Los artistas ofrecen conciertos desde sus casas. Los museos ofrecen visitas online, y los estudiantes universitarios se ofrecían (antes de decretar el confinamiento oficial), a cuidar de los niños cuyos padres aún tenían que acudir a su puesto de trabajo. En mi caso, por ejemplo, no conocía a mis vecinos. Ahora, sin embargo, les pregunto si puedo ir a hacer la compra por ellos, porque las personas mayores deberían evitar ir al supermercado.

Quizá la innovación social siempre estuvo ahí, latente, de alguna manera. La pregunta es si nos acordaremos de todo esto cuando pase esta crisis, y ofreceremos el apoyo legal y económico que esta requiere para crecer y aumentar el impacto positivo que puede llegar a tener en nuestras comunidades.

 

 

Last modified: 6 Abril 2020