Un nuevo estudio, publicado en la revista Nature, estima que la recuperación de los bosques naturales podría capturar aproximadamente 226 gigatoneladas (Gt) de carbono. Esto sólo sería posible si se reducen al mismo tiempo las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sergio de Miguel, responsable del Grupo de Investigación Global sobre Ecosistemas Forestales del CTFC y profesor de la Universidad de Lleida ha participado en el estudio, que destaca la importancia de la conservación, restauración y gestión sostenible de los bosques para avanzar hacia los objetivos internacionales de clima y biodiversidad.
Esta investigación surge de la Global Forest Biodiversity Initiative (GFBI), una red global de investigadores de la que Sergio de Miguel es miembro del comité directivo.
El potencial de carbono forestal ha sido un tema muy controvertido. Hace cuatro años, un estudio publicado en la revista Science concluyó que la restauración de los bosques podría capturar más de 200 Gt de carbono, con lo que podría reducirse aproximadamente el 30 por ciento del exceso de carbono antropogénico. Aunque ese estudio promovió el debate sobre el papel de la naturaleza en la lucha contra el cambio climático, también planteó preocupaciones sobre los impactos ambientales adversos de las plantaciones masivas de árboles, los esquemas de compensación de carbono y el greenwashing. Esto generó opiniones contrapuestas, puesto que mientras algunos estudios científicos corroboraron la magnitud de estas estimaciones, otros argumentaron que dicha estimación de carbono forestal podría ser hasta 4 o 5 veces demasiado elevada.
Para abordar este tema controvertido, un equipo internacional de cientos de investigadores liderados por el Crowther Lab del ETH Zurich ha unido esfuerzos para trabajar en una evaluación integrada utilizando una amplia gama de enfoques, con datos de origen terrestre y de satélite.
Alcanzar el potencial de almacenamiento de carbono forestal
Debido a la deforestación a nivel global, la cantidad total de carbono almacenada en los bosques es de unos 328 Gt por debajo de su potencial natural. Obviamente, gran parte de esa superficie potencial incluye terrenos urbanos y agrícolas. Sin embargo, fuera de estas áreas, los investigadores vieron que los bosques podrían capturar aproximadamente 226 Gt de carbono en zonas con menor huella humana. Aproximadamente el 61% de este potencial se puede conseguir conservando los bosques existentes, de modo que se puedan seguir desarrollando hasta su madurez. El 39% restante puede conseguirse reconectando paisajes forestales fragmentados mediante una gestión y restauración sostenibles de los ecosistemas.
“La mayoría de los bosques del mundo están muy degradados. De hecho, mucha gente nunca ha estado en uno de los pocos bosques primarios que quedan en la Tierra”, dijo Lidong Mo, autor principal del estudio. “Para restaurar la biodiversidad global, acabar con la deforestación debe ser una prioridad máxima”.
El conjunto de datos utilizado reveló que la biodiversidad contribuye aproximadamente a la mitad de la productividad forestal mundial. El equipo destaca que, para conseguir todo el potencial de almacenamiento de carbono, los esfuerzos de restauración deberían incluir una diversidad natural de especies. Además, las prácticas agrícolas, forestales y de restauración sostenibles que promueven la biodiversidad ofrecen el mayor potencial para la captura de carbono.
Redefinición de la restauración de ecosistemas
Los autores subrayan que la restauración responsable de los ecosistemas es un reto fundamentalmente social. Incluye múltiples acciones como la conservación, la regeneración natural, la renaturalización, la reforestación, la silvicultura, la agroforestería y todos los demás esfuerzos impulsados por la sociedad para promover la biodiversidad de forma socialmente responsable y ecológicamente sostenible.
“Debemos redefinir qué significa la restauración para muchas personas”, dijo Thomas Crowther, coordinador del artículo y profesor de la ETH Zurich. “La restauración no consiste en plantaciones masivas de árboles para compensar las emisiones de carbono. La restauración significa dirigir el flujo de riqueza hacia millones de comunidades locales, poblaciones indígenas y agricultores que promueven la biodiversidad en todo el mundo. Sólo cuando la biodiversidad sea la opción escogida para las comunidades locales conseguiremos la captura de carbono a largo plazo como consecuencia”.
Los investigadores concluyen que una restauración forestal ecológicamente responsable no incluye la conversión de otros ecosistemas que no contendrían bosques de forma natural. “La restauración global no sólo se refiere a los árboles”, dijo Constantin Zohner, investigador senior de la ETH Zurich. “Debemos proteger la biodiversidad natural en todos los ecosistemas incluyendo también los pastizales, turberas y humedales que son igualmente esenciales para la vida en la Tierra”.
Naturaleza para el clima
Sergio de Miguel pone de manifiesto la importancia vital de mantener y promover bosques sanos, funcionales y diversos ya que, entre otros muchos servicios ecosistémicos, pueden contribuir significativamente, hasta en un 30%, al potencial de reducción de la concentración de carbono en la atmósfera. Sin embargo, “el rol de los bosques en la mitigación del cambio climático no puede substituir en ningún caso a la necesaria y cada vez más urgente reducción de emisiones de combustibles fósiles. Si las emisiones siguen aumentando, las sequías, los incendios y el calentamiento en curso representarán una amenaza cada vez más severa para los bosques y limitarán su capacidad de absorber carbono. Los seres humanos y las sociedades que conformamos debemos desarrollarnos de la mano de la naturaleza. La restauración de los ecosistemas a nivel global comporta gestionar, restaurar y conservar la biodiversidad para el bienestar de las personas. No se trata de conservar y proteger los ecosistemas en detrimento de las sociedades locales. Sólo cuando el desarrollo basado en el uso sostenible de los recursos naturales sea la prioridad económica de la sociedad, podremos alcanzar los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático. Esto tiene un nombre y se llama bioeconomía”, añade Sergio de Miguel.
“Cuanto más emitamos, más amenazamos a la naturaleza y a las personas. No hay opción entre reducir las emisiones o proteger la naturaleza porque son necesarias ambas con urgencia. ¡Necesitamos la naturaleza para el clima, y necesitamos la acción climática para la naturaleza!” dijo Crowther.
Más información:
Mo L, Zohner CM, Reich PB, et al. Integrated global assessment of the natural forest carbon potential, Nature (2023). DOI: 10.1038/s41586-023-06723-z. www.nature.com/articles/s41586-023-06723-z
Last modified: 14 Noviembre 2023