Un amplio inventario de los alcornocales catalanes impulsado por el CTFC, en el marco del proyecto FORMES, permitirá crear modelos de crecimiento y producción de corcho para predecir su productividad y el potencial de fijación de carbono, así como orientar su gestión y conservación.
El corcho catalán, protagonista indiscutible en la elaboración de tapones de vino, materiales de aislamiento e incluso aplicaciones aeroespaciales, está en el centro de un proyecto sin precedentes. Por primera vez, Cataluña contará con la mayor base de datos de alcornocales, datos actualizados sobre el crecimiento del corcho catalán y un modelo propio de crecimiento y producción de corcho, gracias a un extenso trabajo de campo y procesamiento de datos llevado a cabo por el grupo de Gestión Forestal Multifuncional del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC), en el marco del sistema de proyección FORMES.
FORMES tiene como objetivo desarrollar herramientas de proyección de gestión forestal adaptadas a las condiciones climáticas y territoriales catalanas. En 2025, se ha centrado en los alcornocales, unos ecosistemas forestales con un alto valor productivo y ambiental, pero sometidos a múltiples presiones, como el abandono de la gestión, el impacto del cambio climático o la aparición de plagas como el gusano barrenador del corcho. “Si conocemos el estado actual y la potencialidad de los alcornocales catalanes, podemos mejorar su gestión y conservación, así como impulsar este sector, mediante la provisión de información más precisa y de herramientas de gestión”, explica Míriam Piqué, responsable del programa de Gestión Forestal Multifuncional del CTFC.
200 parcelas repartidas en cuatro bioregiones
El inventario forestal se ha diseñado para representar la diversidad de alcornocales de Cataluña, distribuyéndose en cuatro grandes bioregiones: el Montnegre, el Montseny, las Gavarres y el Empordà. En total, se han establecido 200 parcelas de estudio en 68 fincas forestales privadas, con la colaboración del Consorcio Forestal de Cataluña, que ha facilitado el contacto con los propietarios y ha participado en la instalación y medición de las parcelas, así como en la recogida de datos.
Cada parcela, de entre 300 y 1.500 m², se ha caracterizado mediante medidas detalladas del bosque (diámetro, altura, cubierta arbórea y arbustiva, etc.) y la recolección de muestras de corcho. La mitad de estas parcelas serán permanentes, lo que permitirá realizar un seguimiento a largo plazo y obtener datos más sólidos para los modelos y otros diagnósticos de biodiversidad, estado sanitario, vulnerabilidad, etc.
Procesamiento de las muestras: un trabajo de precisión
Una vez recogidas las muestras de corcho, estas se hierven para mejorar sus propiedades físicas y posteriormente se pulen para dejar a la vista los anillos de crecimiento. Estos anillos, difíciles de distinguir en el corcho respecto a la madera, se escanean con alta resolución para medir su anchura y estudiar la dinámica de crecimiento.
El proyecto se centra en corcho de producción, es decir, extraído a partir de la tercera saca (también llamado corcho de reproducción), que es el que se comercializa mayoritariamente. No obstante, también se han recogido muestras de corcho bornizo (la primera saca), tanto de árboles gestionados como de no gestionados, con el objetivo de analizar el impacto de la pela sobre la productividad y la capacidad de fijación de carbono.
Más allá del corcho: contribución al Sistema de Créditos Climáticos
El conocimiento generado por el proyecto se incorporará a la plataforma de simulación homónima FORMES, que permite a gestores y propietarios forestales evaluar el impacto de diferentes escenarios de gestión sobre la producción y los servicios ecosistémicos como el secuestro de carbono.
Este aspecto es especialmente relevante en el contexto del Sistema de Créditos Climáticos Forestales de Cataluña, impulsado recientemente por la administración. La estimación precisa del carbono almacenado en el corcho y en todo el árbol permitirá valorar mejor la contribución de los alcornocales a la mitigación del cambio climático.
A pesar de su relevancia socioeconómica y ambiental, el sector corchero catalán afronta retos de gran envergadura. Por ello, conocer mejor el funcionamiento y potencial de los alcornocales es clave para garantizar su futuro. Este proyecto, con su sólida base científica y la implicación del sector, puede convertirse en una herramienta decisiva para avanzar hacia una gestión forestal más eficiente, resiliente y sostenible.
Last modified: 1 Septiembre 2025