En el laboratorio de biocombustibles del CTFC, se certifica la calidad de la astilla, que garantiza el buen funcionamiento de las instalaciones
La llegada del frío y la subida de los precios de los combustibles ha aumentado la demanda de calderas de astilla y pellets.
Para su buen funcionamiento, es importante que el biocombustible que se utilice tenga una buena calidad y cumpla con los estándares requeridos. Las empresas productoras de astilla están obligadas a etiquetar su producto y declarar su calidad.
Desde el CTFC se ha impulsado la marca de garantía DBOSQ para la astilla de uso no industrial, en base a la norma UNE-EN ISO 17225-4. Esta marca garantiza a los clientes que están consumiendo un producto de calidad, estable en el tiempo y que cumple con los requisitos de trazabilidad de toda la cadena de suministro. Al mismo tiempo, permite reducir las emisiones de determinados contaminantes atmosféricos.
La certificación DBOSQ significa utilizar un biocombustible de calidad y proximidad. Se controla la calidad del producto según los estándares establecidos (tamaño de las partículas, humedad, contenido en cenizas, densidad a granel y poder calorífico neto) y, al mismo tiempo, se implementa un sistema de trazabilidad que permite identificar la tipología de la materia prima, su origen geográfico y el proceso de producción.
Más información en DBOSQ o contactando con biomassa@ctfc.cat
Last modified: 2 Diciembre 2022