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Las teleconexiones climáticas influyen en los incendios en todo el mundo 

16 Febrero 2023

En un artículo publicado recientemente por investigadores del CTFC y la UdL, se analizan más de tres décadas de datos para determinar el efecto de las diversas teleconexiones climáticas en diferentes regiones del planeta. 

Las teleconexiones climáticas pueden explicar un 53% de la superficie quemada globalmente. 

Las relaciones entre teleconexiones climáticas pueden ayudar a anticipar las temporadas de grandes fuegos, favoreciendo la toma coordinada de decisiones por la prevención y extinción de incendios. 

Como reza el efecto mariposa, afirmando que el aleteo de un insecto en Hong Kong puede llegar a desencadenar toda una tormenta en Nueva York, las teleconexiones climáticas (TC) pueden explicar hasta el 53% de la superficie quemada por los incendios a escala global. Así lo afirma una investigación liderada por investigadores del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC) y de la Universidad de Lleida (UdL) que se ha publicado en la revista Nature Communications. Las relaciones entre estos patrones climáticos a gran escala pueden ser útiles para anticipar las temporadas de grandes fuegos y pronosticar qué zonas del mundo es probable que ardan simultáneamente en el futuro, favoreciendo así la toma coordinada de decisiones a escala global en materia de prevención y extinción de incendios.

Las teleconexiones climáticas son perturbaciones locales, como cambios en la temperatura superficial del mar, que alteran las condiciones ambientales en regiones alejadas del punto de origen. “Influyen de forma remota en las condiciones meteorológicas de muchas regiones de la Tierra, comportando cambios en los principales factores de la actividad del fuego, como la acumulación de biomasa de la vegetación y la humedad”, explica el profesor de la UdL e investigador la unidad mixta de investigación CTFC-Agrotecnio-CERCA, Sergio de Miguel. Los efectos de las TC pueden estar sincronizados con la perturbación ambiental inicial o tener un retraso que puede llegar a ser de meses.

“Ahora podremos conocer, con bastante antelación, si en una determinada región la temporada de incendios será más larga o grave de lo habitual”, destaca el investigador de la UdL y CTFC-Agrotecnio Adrián Cardil, y primer autor del estudio. Por ejemplo, durante septiembre de 2020 se instauraron en el Pacífico ecuatorial las condiciones características de un episodio de La Niña, la fase fría de El Niño-Oscilación Sur (ENSO), y la región mediterránea ha gozado de condiciones de incendios amortiguados en los últimos veranos. En cambio, actualmente “la reciente entrada del Niño puede incrementar 1 o 1,5 ºC la temperatura en determinados lugares, exacerbando el riesgo de grandes incendios forestales en la región mediterránea en el tiempo que dure esta perturbación”, alerta de Miguel. Además, “comporta lluvias durante los meses previos a la estación principal de incendios, lo que contribuya a un aumento de la biomasa forestal disponible en verano para los incendios”, recuerda el científico.

La reciente entrada del Niño conlleva un aumento de las precipitaciones en la región mediterránea durante los meses previos a la estación principal de incendios, contribuyendo a un incremento de la biomasa forestal disponible para quemar. “El Niño puede incrementar 1 o 1,5 ºC la temperatura en determinadas partes del mundo, exacerbando el riesgo de grandes fuegos forestales en la región mediterránea en el tiempo que dure esta perturbación”, alerta de Miguel.

El equipo -con personal investigador del CTFC, de las universidades de Lleida, Zaragoza, Marsella (Francia), Wageningen (Países Bajos), Florida (Estados Unidos) y California Berkeley (Estados Unidos), y de la empresa Technosylva Inc (Estados Unidos)- ha analizado las teleconexiones climáticas y los datos de superficie quemada en todo el planeta entre los años 1982 y 2018. Sus resultados señalan que más de la mitad de la superficie quemada interanual en todo el mundo (52,9%) puede explicarse por las TC, un porcentaje ligeramente superior al que se pensaba anteriormente (48%).

A escala global, la superficie quemada no está relacionada con El Niño (ENSO), como se creía hasta ahora, sino con las teleconexiones Atlántico Norte Tropical (TNA) y Oscilación Atlántica Multidecadal (AMO). La TNA domina la variabilidad en la evaporación terrestre y la sequía en regiones relativamente grandes de ambos hemisferios y está asociada al 25,7% de la superficie quemada global, según los resultados de la investigación. El Modo Anular Meridional (SAM) se relaciona con el 12,3% del total la superficie quemada, debido a su influencia significativa en la sabana africana, Australia y la sabana sudamericana.

En Europa la teleconexión climática que tiene una mayor influencia es la Oscilación Norte Atlántica (NAO). Una NAO positiva reduce la superficie quemada en el área escandinava y la zona continental templada. Mientras, los incendios en las regiones mediterráneas se relacionan principalmente con la Oscilación Decadal del Pacífico (PDO), el Dipolo del Océano Índico (IOD) y El Niño (ENSO). En la costa mediterránea española, también existe vinculación con el índice Atlántico Sur tropical (TSA). “Nuestro análisis proporciona información valiosa para los gestores del territorio y los servicios de emergencia en todo el mundo, especialmente en las regiones donde las previsiones de riesgo de incendio a largo plazo no están disponibles”, concluye el artículo.

Last modified: 15 Febrero 2023